Eran los años 80 cuando mi gran amigo Ricardo, en A Estrada, me enseñó unos vídeos VHS de un grupo humorístico argentino llamado Les Luthiers. Recuerdo que esa primera imagen de unos tipos vestidos de smoking con raros instrumentos musicales me hizo pensar que no tendrían mucho recorrido dentro de mis preferencias de ocio. Esa percepción, tan temprana y subjetiva como errónea, se disipó a los pocos segundos de empezar el espectáculo. El monólogo de Marcos Mundstock al inicio de Cartas de Color es de los que no se olvidan, y aún es hoy en día que de cuando en vez lo veo una vez más… y vuelvo a reírme. Marcos, con Daniel Rabinovich, Carlos López Puccio, Jorge Maronna y Carlos Núñez Cortes (también en aquellos vídeos Ernesto Acher) me demostraron cómo conjugar de forma perfecta el arte de la música con el arte del humor. Un humor limpio, inteligente, sin exabruptos, diferente y que jamás había visto ni oído antes. Extraordinarios músicos con un portentoso ingenio.
Me hice un adicto a ellos, he acudido a disfrutarlos cada vez que han venido a España. Recuerdo en aquellos tardíos años 80 en que vagaba mi juventud en Santiago, donde los libros de medicina y el buen vivir de estudiante, además del fútbol, llenaban de sobra mi tiempo, pasar toda una noche haciendo cola en la Rúa do Vilar para conseguir una entrada para su espectáculo. Creo sinceramente que jamás haría eso si no fuera por ellos o, por supuesto, por Elvis.
Pasaron los años y mantuve esa fiel admiración hacia aquel grupo tan único e inimitable. Por ello fue para mi un momento especial cuando mi querido amigo Eduardo Berizzo me presentó a sus miembros en una de sus visitas a Vigo. En especial tuve contacto con Marcos Mundstock, el relator de historias, con el que tuve oportunidad de conversar y compartir mis recuerdos de aquellas primeras actuaciones vistas. Se sorprendió de que aún recordara diálogos de esos espectáculos y supe también que amaba el fútbol. Lo invitamos al entrenamiento del equipo y al partido en Balaídos. Disfrutó esos momentos y le regalamos una camiseta del RC Celta con su nombre. Después lo llevé nuevamente a su hotel y me pidió parar a comprar unos churros. Cuando se subió nuevamente al coche le dije lo que estaba pensando: “Marcos, ya verás cuando cuente yo en Pontevedra que he estado con Marcos Mundstock de Les Luthiers”. Me contestó “no Juan, ya verás cuando cuente yo en Buenos Aires que me ha traído a comprar churros el médico del Celta y de la Selección Española”.
Aquella noche, en el espectáculo, salió al escenario con su smoking y su inseparable carpeta roja donde estaba escrito el guión fruto de su ingenio y de su prodigioso uso del vocabulario, expresado con esa voz de cantante de ópera que le daba al relato mayor intensidad. Como siempre, se disponía a iniciar un preámbulo de la historia que después continuaría con el resto del grupo. Aquel dia, Marcos abrió la carpeta y empezó a leer “el conocido poeta Pontevedrés Juan Cota”. No sé cómo siguió la frase porque quede ojiplático, con las manos apretando los apoyabrazos de la butaca, pensando si en realidad había dicho aquello. Fue para mí un momento inolvidable y se lo agradecí tras el espectáculo.
Desde entonces siempre nos encontrábamos cuando venía a Galicia. Conocí a su mujer Laura, cardióloga, y a su hija Lucía. Siempre me decía que todos los martes seguía acudiendo con sus amigos a jugar al fútbol, y que muchas veces usaba la camiseta del Celta. Hablábamos mucho de fútbol, con la pasión que da el amor por este deporte y la serenidad y coherencia que otorga el alejamiento del forofismo.
Ya hace tiempo que no nos vemos, aunque en alguna ocasión hemos tenido contacto por correo electrónico. Aquel hombre especial en lo personal y en lo profesional ha muerto hoy.
He leído en algún sitio que ha sido unos de los hombres que más gente ha visto reír en su vida. Más de 50 años llenando teatros da una idea de que probablemente sea verdad.
Hace años, con la muerte de Daniel Rabinovich, se nos fueron los diálogos inolvidables con Marcos. Ahora, con él, se ha ido una forma diferente de jugar con las palabras, de historias hilarantes en la vida del imaginario compositor Johan Sebastian Mastropiero, de hacernos reír solo con recordar sus gestos o sus juegos de voz, de extraer tanto arte de aquella carpeta roja o sonreírnos con los ingeniosos nombres con los que bautizaba a los protagonistas de sus relatos.
Hoy volveré a ver algunos de sus vídeos. Quizá Pepper Clemens, donde cuenta la historia del eminente ginecólogo Schmerz Von Utter. Si no has visto nunca a Les Luthiers, intenta hacerlo. Seguro que me agradecerás el consejo.
Y que Marcos descanse en paz. Gracias por las risas pasadas y por las futuras. Lo seguiré disfrutando viendo sus obras. Seguro que tendría algún defecto, pero yo no he llegado a encontrarlo.
Dr. Juan J. García Cota
Miércoles 22 de abril de 2020
Marcos Mundstock, fundador y pieza clave del grupo de humor y música Les Luthiers, falleció el miércoles 22 de abril de 2020 en Buenos Aires a la edad de 77 años. Descanse en paz.