Confianza, temor, angustia, satisfacción, miedo, alivio, nerviosismo, optimismo, alegría… El abanico de sentimientos que experimentó en las últimas horas el celtismo es interminable. No es la primera vez que ese tobogán inmenso aparece de repente en el camino, pero quizá este fue el más largo de todos. El RC Celta sumará su novena temporada consecutiva en Primera División y mantiene la segunda mejor racha de su historia moderna en la máxima categoría.
No fue un camino fácil, ni placentero. Fue duro y tortuoso, con obstáculos inesperados, pero el final, con el trabajo de todos, fue el soñado. En el campo, el celtismo ayudó y empujó hasta la extenuación mientras pudo y cuando tuvo que alejarse lo hizo con el mismo empeño por todos los medios a su alcance. El primer mensaje del club no puede ser otro que el de agradecimiento por ese ánimo, la paciencia y la comprensión, el optimismo y la fuerza transmitidos.
Llega ahora el descanso, que será breve, para iniciar una nueva temporada en Primera División. Hasta aquí, hasta esta novena campaña en la máxima categoría, hemos llegado todos juntos. Desde aquí, iniciaremos, unidos, una nueva aventura en la que, sin duda, florecerán, como siempre, la ilusión y la esperanza.
¡Hala Celta!