Iago Aspas celebró por todo lo alto, con una actuación legendaria, su partido oficial número 300 con el RC Celta. El de Moaña regresaba a los terrenos de juego después de tres meses lesionado y su vuelta al verde no podía haber sido más espectacular.
Con un 0-2 al descanso, el delantero gallego se echó al equipo a las espaldas y, con la fuerza de sus compañeros y de una afición increíble, marcó el camino hacia la remontada. Un gol de falta directa, otro desde el punto de penalti y un partido inolvidable, lleno de tensión y emoción, que terminó con lágrimas en los ojos de todos los celtistas, también en los del genio: «He sufrido mucho en los últimos meses sin poder ayudar al equipo. No nos merecemos esta afición. A cuatro puntos de la permanencia, llegamos 0-2 al descanso jugándonos la vida y gracias a ellos hemos remontado», declaró Aspas tras el choque.
Iago Aspas, que ya suma 130 goles como celeste, engrandeció su leyenda con una nueva exhibición en su partido 300.